Sillicon Valley redefine el sueño americano gracias a lo que antes llamabas «los niños raros». Antes en Estados Unidos siempre se vendía la idea del sueño americano condicionado a la parte de la industria que más fuentes de trabajo ofreciera.

Años atrás, se creó una oleada de profesiones y aspiraciones unidas al sector industrial y petrolero. Ahora la tecnología se roba el escenario.

Gracias a HBO hemos adentrado un poco en este nuevo mundo que conocemos sólo por las noticias y la película The Social Network, sobre el crecimiento Mark Zuckerberg como el joven multimillonario. Aunque en palabras de él esta película es «horrible».

Gracias a esta cadena de televisión comprendemos que las ideas son las únicas capaces de cambiar al mundo, pero son las ideas que nacen en las cabezas jóvenes.

Ya nadie quiere ser un empresario exitoso que siempre vista de traje y tenga una familia perfecta. Ahora el sueño es comenzar con mi pequeña StarUp. Cambiar el mundo desde una oficina en la que pueda ir en pijamas. Gracias a la televisión este fenómeno crece y sale del Palo Alto y del Valle de California para enamorar a las mentes jóvenes.

El estilo de vida de los chicos de Pied Piper tiene embelesados a unos cuantos. Lo increíble de este guión es el sutil contraste que se hace entre aquellos que poseen las ideas y esos que poseen el dinero. Los creativos casi nunca saben nada de negocios. El poder monetario los traga y los escupe. Una pequeña estrategia de los escritores para criticar mediante la sátira a los empresarios del nuevo sueño americano.

Tal cual lo vemos en Gavin Belson, el antagonista de esta historia. Un tipo cuya actitud hipócrita y su discurso fácil le abre las puertas después de haber logrado cosechar una pequeña empresa tecnológica en California hasta convertirse en lo que es hoy. En Silicon Valley usan la sátira para explicarnos algo, algo que quizá sonará pesimista, que los que tienen las ideas no suelen tener la actitud para triunfar.

Es por esto que la creación de un equipo de trabajo con ganas de tener su propia compañía nos muestra que en el Valle de California, «triunfar» es un concepto con una gran cantidad de subjetividades. Para unos triunfar es recibir un millón de dólares por su aplicación o por el algoritmo que se inventaron, para otros es vivir cómodamente bajo el flujo controlado del consumismo y, para muy pocos y seleccionados, triunfar es poder irte a tu isla privada en helicóptero. Son estos últimos los que frustran el sueño de los primeros.

Los millonarios del la industria tecnológica se alimentan de las ideas y la generación poco preparada para el mundo laboral. Nutren los cerebros creativos con compras millonarias de sus algoritmos y aplicaciones, capital que estos jóvenes dejan de invertir y comienzan a consumir hasta quedar en bancarrota. Ejemplos que se van mostrando de a poco a lo largo de la serie.

Pero, con qué recursos argumentales Sillicon Valley redefine el sueño americano, pues plasmando una nueva forma de vivir.Los guionistas de Silicon Valley han logrado retratar un aspecto importante de la creciente «generación millenials», que se considera a si misma como la más independiente y libre.

En la serie esta generación en ascenso vive el ahora pero en realidad no están tan bien preparados para las crisis. Esta generación quiere una empresa propia pero no sabe actuar bajo la presión de tener una, hasta que desisten y vuelven a trabajar para alguien más.

No quiere decir que todos los que forman parte de este nuevo grupo social tengan las mismas actitudes, pero quizá lo que nos intentan decir en la serie es que la insatisfacción de algunos en esta generación no está justificada, porque al parecer lo tienen todo.

Además, esta nueva concepción del sueño americano viene acompañada de un estilo de vida hipócrita y costosa. Rodeados de personas que se alimentan con el fin de vivir muchos años más pero son muy perezosos para salir de sus habitaciones.

Recordemos que cada uno de los personajes de Silicon Valley tiene actitudes emparentadas con millonarios exitosos de la actualidad, como Richard Hendricks y su aventura parecida a la del co-fundador de Twitter, Jack Dorsey, quien fue sacado de la compañía en 2008 hasta que el año pasado reclamó el puesto de CEO.

También se encuentran similitudes entre el antagonista Gavin Belson y los «titanes» de Silicon Valley, como lo son Larry Page y Larry Ellison. Reconocidos por pelear de forma ruda contra su competencia y siempre apelar por un grupo costos de abogados que resuelvan todo, incluso mediante el juego sucio.

Con estas coincidencias llega a nuestra pantalla una historia que intenta esclarecer nuestra mente sobre algo que no nos habían contado. Se convierte así en una pequeña muestra de la actual aspiración masiva de una comunidad inspirada por las ganas de cambiar al mundo, porque este actual sueño americano no va solo motivado por el dinero, sino por ser una imagen de progreso, creatividad y revolución. Los actuales CEO de compañías tecnológicas son semi dioses frente a sus admiradores.

Los geeks, los freaks y los nerds 

Ahora todos los que se sintieron marginados por ser distintos al resto, tienen la aspiración de llegar a ser grandes solo usando el cerebro. Tenemos de forma satírica, en Silicon Valley, la creación de un concepto sobre la felicidad y el éxito.

La serie quizá haya pasado desapercibida frente a muchos por enfocar su tema en el crecimiento y debacle de una compañía, girando todo en torno a esto, hasta tal punto que las relaciones interpersonales de cada miembro de la compañía son historias de relleno.

HBO concretó con éxito una obra, que más que hacernos reír, nos muestra la fuerte competencia que tienen nuestros sueños frente a los millonarios que intentan robarlos de manera descarada. A través del humor negro hemos entendido que el propósito no es sólo reírnos sino entender este ambiente tecnológico que se consolida como un estilo de vida.

Silicon Valley, sin duda, nos hace llegar a ese lugar donde todos crean dinero con lo que les apasiona, pero también nos advierte del riesgo que tenemos al ser soñadores con ideas innovadoras pero sin ningún concepto básico de administración de empresas.

Es una serie que sirve de aguja para el globo de aire donde tenemos condensada la palabra «éxito» y «emprendimiento». ¿Es Silicon Valley la consagración del Shangri-La de la sociedad consumista? Parece que de a poco se está construyendo esa realidad.