Samsung Electronics culpa a Samsung SDI, quienes son los subsidiarios encargados de fabricar las baterías de los teléfonos, y a Amperex Technology, sus segundos proveedores, por las explosiones espontáneas que presentaban las Samsung Galaxy Note 7.
Las razones por las que estos dispositivos se inflamaban era por el tamaño de las baterías producidas por Samsung SDI. Estas no cumplían con los requisitos impuestos por los fabricantes. Eran un poco más grandes de lo que debían y esto producía sobrecalentamiento.
Otro motivo está relacionado a los terminales con baterías hechas por Amperex Technology. Tras la caída de Samsung SDI como principal proveedor, Amperex aumentó el ritmo de producción para cubrir la demanda. Este aumento ocasionó presiones en la cadena que desembocaron en fallos desconocidos en la fabricación de las baterías.
Samsung retiró el 11 de octubre el Galaxy Note 7 del mercado por no ser capaces de resolver el problema con las baterías. Desde entonces la compañía se ha esforzado en evitar cualquier improvisto y volver con éxito en su presentación de este año con el Samsung Galaxy S8.